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domingo, 28 de febrero de 2010

LORETO SEYSLER CAMPOS

LORETO SÉYLER CAMPOS
(1956)

Autora -dijimos antes- que promete grandes,luminosos amaneceres, su poesía es digna de figurar entre las ramas
del gran bosque...
Camina con seguridad: brindará elevados cantos...
Al parecer hemos tropezado... Ojalá se levante a demostrar lo contrario...

PALABRAS MUDAS

Y pensar que sobre esta tierra
también llueve:
estos cuerpos no descansan
porque el agua también los hiere.
Pero tú estás ahí, durmiendo, tranquila,
sin agua,, sin luz, con envidias.

Ayer pude hablarte
aunque no hubo respuesta:
sólo hablé con la lápida
que ahora no está desierta.
Tuve unos minutos
para colmarte de pétalos
y darte una oración,
como antes un beso.
Tuve unos minutos
para pensar en silencio,
contarte mis secretos,
darte mi tiempo.

Y pensar que sobre esta tierra
también llueve,
y las almas ingratas se olvidaron de verte.
Ayer pude hablarte,
confesar mi tiempo
como pájaro viejo
confesándose al viento.

Todavía me duele tu ausencia
y me seguirá doliendo
porque no alcanzará el tiempo
para susurrarte:
te quiero
te quiero
te seguiré queriendo,
contando tus años
como siglos inmortales
o hasta que por mí sea el entierro...
Y al final el adiós
que fue un susurro:
una voz triste y lánguida
que no se escuchó.

...Y pensar que sobre esta tierra también llueve...

sábado, 27 de febrero de 2010

SARA VIAL

SARA VIAL
(1931)

El invierno es un caballo salpicado de aguas y relámpagos, galopando cerro arriba y sacudiendo
puertas y techumbres.
De entre todas las lluvias, siempre habrá una primera, imborrable, cuando los ojos de una niña poeta se asombraban al ver caer tantas piedrecillas cristalinas de incógnitas alturas...
Somos amigos de esta dulce poeta desde aquella vez cuando recibió un premio en Santiago por su libro “Un modo de cantar”... Era hermosa, es hermosa...

INVIERNO

Un grumete de lluvias me esperaba,
un relámpago verde en tus jardines
y en un olor mojado de jazmines
el arco iris que en el mar giraba.

Una ola de sal desdibujada
los óleos de tus casas suspendidas,
pero el color botaba en embestidas
de nuevas carabelas alternadas.

El canto de la lluvia en tu escotilla
de invierno, el viento norte en la morada
raíz del corazón, y tu amarilla

cañería de ayer, mitad brasero,
olvidado desván donde cantaba
su primera canción

VALPARAISO A LA GIRA

Noches de temporal, Valparaíso, y tú, barco a la gira
procurando no hundirte,
soportando las ráfagas furiosas
en tu cola de zinc,
sosteniendo tenaz
tus inclinadas cubiertas de madera.

Aferrados a tus cerros o mástiles
despertamos en la eléctrica noche
sintiéndonos aislados y lejanos
con el viento llamando
en bocinas de barco
que inunda corredores y terrazas.

Y en el espectro verde del naufragio
el que entra desnudo en un relámpago
con su timón perdido.

Por eso, es tu gemido
de escampavía loco a medianoche
lo que nunca olvidamos.
Nunca como en la furia tempestuosa
eres tú mismo, y te reconocemos
como un trueno cayendo
en los tejados bruscos de la infancia.

Inundado y barroso después del temporal,
tus luces encendidas hasta el amanecer,
desafiando el oleaje que te estrella
sin cortar tus amarras
de óxido y ausencia.

Hemos visto bajar en los torrentes
lluviosos de los cerros
tu pobreza elevada en los andamios
que sostienen los pájaros,
pálidas cacerolas
descascaradas en las nubes,
pedruscos, utensilios que ns muestran
su dramático frío, su golpeada
vecindad con el hombre.

A nadie le sorprende que en invierno
rueden ladera abajo
puertas, ollas, naranjas,
oh. declive mortal para que todo-ruede,
para que todo irrumpa por túneles y escalas.

Mi ciudad marinera, carrusel en el peligro
girando en los tobillos del planeta,.
Huracán, precipicio,
pájaro carpintero allá en el Molo,
organillo de sal contra la lluvia.

Rascacielo de lata clavándome su invierno,
ah, calamina indómita,
cañería sin término sonando a medianoche
con la olvidada lluvia de mi vida.

RUTH MERINO CARRERA

RUTH MERINO CARRERA
(1932 – 2007)

el corazón derrama una especie de lluvia dolorosa cuando el ojo avanza más allá del horizonte y aparecen sensaciones que parecían olvidadas,rincones, ensueños, campanas, senderos...
Por eso esta lluvia destila dolientes evocaciones porque el árbol, el ser, se ha quedado desnudo...
Esta notable poeta murió poco después de haber recibido este libro: no pudo leer su poema, pues
había quedado ciega... Luego se fue tras la luz multimatiz del Infinito...
Creemos que ahora está mejor, mucho mejor....


LA LLUVIA DE MISTERIOS DOLOROSOS

En pos de los llamados del origen
envejecidas hojas se descuelgan

Viejas cruces que olvidaron su estación
emprenden el camino señalado

Y vuelven las palomas desde el ojo
que miran más allá del horizonte

El aire me comprime el sentimiento
cuando viajo por rutas del recuerdo

Mágica alfombra tiende el infinito
y decreta su vuelta al palomar

La lluvia de misterios dolorosos
llora en el árbol que quedó desnudo

GABRIELA MISTRAL

GABRIELA MISTRAL
(1889 – 1957)

Con su acento macizo, la gran poeta habla de una lluvia lenta, lenta y triste
y el cielo -para ella- es un corazón que sangra...
La lluvia y la poeta son un mismo firmamento. Angustia, llanto apenas contenido
de un alma grande que vislumbra en las oscuras soledades empapadas con presencia helada,
misteriosa, en silencio...

LA LLUVIA LENTA

Esta agua medrosa y triste,
como un niño qu padece,
antes de tocar la tierra
desfallece.

Quieto el árbol, quieto el viento,
¡y en el silencio estupendo
este fino llanto amargo!
No llueve, es un sangrar lento
y largo.

Dentro del hogar, los hombres
no sienten esta amargura,
este envío de agua triste
de la altura.

Este largo y fatigante
descender de aguas vencidas,
hacia la tierra yacente
y transida.

Llueve, y como un chacal trágico
la noche acecha en la sierra.
¿Qué va a surgir, en la sombra,
de la Tierra?

¿Dormiréis, mientras afuera
cae, sufriendo, esta agua inerte,
esta agua letal, hermana
de la muerte?

viernes, 26 de febrero de 2010

FRANCISCA OSSANDÓN

FRANCISCA OSSANDÓN
(1923 - )

Francisca Ossandón cultivó una poesía de real autenticidad, creativa en lo abstracto,
en las imágenes y en el sentir de un manejo dulce y simbólico.
Poeta de bellos caminos entrelazados en voces subterráneas.

DIÁLOGO INCESANTE
fragmento

Una lluvia profunda se lleva los sentidos.
El agua
crea fuentes fantasmales, inmediato al sentir el llamamiento,
Eco, Huella
coagulada en limos palpitantes.
Despreciado clamor, sufrimiento
anegado
mezcla de lágrimas y garúa
en ojos y voces subyugadas.
Hablo a los sueños. Demando.
Oh, tierra en mis sienes cernida,
húmeda ahora
¿te estremeces anticipando el invierno?
¿Ríes gritando tus pactos?
Tu íntimo rostro se apropia de mi vida.
Me aletarga.

La lluvia en ti me teje derrotada.

MAGDALENA VIAL

MAGDALENA VIAL
(1921 – 1984)

Lluvia distinta, lluvia blanca cuyo peso es la desdicha de la poeta. Nos gustaría
saber qué vientos provocaron su muerte... Nadie ha dado una respuesta.¿Suicidio?
¿Qué manos forjaron tal precipicio?
Duele no saber por qué una poeta desaparece...

ME HA QUEMADO HOY LA NIEVE

Me ha quemado hoy la nieve.
Como nuestra distancia
Como tu silencio.
Parada, entre la cortina
Alba de plumas heladas,
He visto cómo mi fervor las deshacía
Pero no por eso estabas más cerca.
No por eso.
¡Ni por nada! Nunca estaré ya cerca.
Mis pasos crujían sobre el pasto sepultado,
Y navegué sola.
En mi nave blanca y pura.
Lágrimas algodonosas
Cayeron de las altas enramadas
Frondosidades se doblegaron
desgarradas
bajo el peso plúmbeo del albor espumoso.
¡Qué puedo esperar, amado mío!
Qué podré yo, bajo el peso de tanta desdicha.
Y sin embargo, la magia del desastre
con su encanto de cristal
persistía en el llanto del cielo
blanco, silencioso...
como una alegría dramática,
como una muerte ingenua
infinita.

NINA DONOSO

NINA DONOSO
(1920)

Nina Donoso pertenece a esa enorme y maravillosa pléyade de poetas de intensísima calidad.
No importa si era blanca, roja o azul, es una poeta de gran altura y eso se debe respetar.
Excelente y de gran belleza es su obra poética...

EL AGUA DE MAYO

El agua de mayo cae
apresurada en el parque.
¡Todo el césped se ha vestido
con un manto de diamantes!
Por el cielo viene un ángel
arreando las nubes negras,
en el espacio desnudo
brillan las estrellas blancas.
La lluvia menuda tiembla
acurrucada en las charcas,
por los alambrados corren
sus lagrimones de escarcha.

POEMAS DE DOMINGO
fragmentos

I

El día me sonrió. Había música
de lluvia en el jardín.
Hoy es domingo -dijo la almohada
y desde los cercanos campanarios
-Hoy es domingo- dijo una campana
Pensé en palomas y ordenadas plazas...
¡Dios mío! Hoy es domingo.
¿Cuándo no habrá domingos ni campanas,
ni recuerdos de plazas y palomas,
ni visitas, ni radio ni reloj!

II

Junto al juego estudié mi diccionario.
Luego hablamos de Mozart y de Bach.
Tomamos un té largo y aburrido
mientras mi duende verde contemplaba
la lluvia desatenta deshojando el jardín.

ÁNGELA CUEVAS V.

ÁNGELA CUEVAS V.
(1920)

La lluvia unió dos colores, dos manera de mirar cómo se desploman horizontes y se
alzan campanarios en los cielos.
Nada tiene pasaje a la eternidad y el amor es al fin un pájaro derribado por el viento
y la lluvia. Y se agotan las fuerzas para enmendar rumbos y volver a cantar...
Conocimos a la poeta Ángela Cuevas V. en Chañaral, pero ella era de Copiapó, una
dama muy agradable y cariñosa... Nunca más la vimos...


GOTAS DE AMOR Y SOLEDAD

Una gota de lluvia guió tus pasos.
Una mirada eternizó el instante.
Un brazo sosteniendo mi brazo,
dos corazones latiendo como amantes.

Loca, formé la indisoluble amarra
con la lluvia que canta en el paisaje.
Una orquesta de musgos y cigarras...
la compañía del amoroso viaje.

Pero no tomé en cuenta que la vida
nos tiene sorpresas emboscadas.
Entre piedras y cielo vi la herida
que dejó la osamenta castigada.

Mis musgos indomables están vencidos,
ni la lluvia llega a mi oscuro rincón.
Ella trajo el amor y lo he perdido.
Ya no tengo versos para otra canción.

ELISA DE PAUT

ELISA DE PAUT
(1916)

Airada es la voz porque la lluvia vuelca sus enormes cántaros secundada por el
vagabundo de vidrio que sopla y resopla enmares y montañas. Su accionar desespera,
bruja sacada de un cuento de terror, pero también se ve angelical cuando suavemente
danza sobre los tejados...

ÁGIL HERMANA LLUVIA

Ägil hermana lluvia,
con tu galope renovado
te vuelves hermanastra.
¿Cómo puede tu brazo
sacudir sin cansarse
tus reiterados látigos?

Hermana ciega y sorda,
¿no escuchas el gemido
de la simiente que no será espiga,
del pescador cegado y extraviado,
del niño que no tiene sino barro
para sus pies, del pájaro
que ya no tiene canto?

Lluvia desenfrenada,
que enardeces al río, a la cascada,
contéstame si eres
celestial o satánica...
MARÏA BAEZA
(1900 – 1936)

Cuánta ternura infunden las ropitas de un hijo, sentir el aroma de las ropas o de
un zapatito de lana, es tan dulce como palpar los cielos que ya no están con uno...
Esa es la tónica de la poesía de María Baeza: un clamor, una suave tristeza, un
talvez, un presentimiento...
Una poesía que estremece por su ternura...

ROPITAS

Cuando corren locas las lluvias
de la primavera, lluvias últimas
entre los vientos soleados,
me encuentro las ropitas tuyas
hechas con la tela que envuelve
los bulbos de los jacintos,
hechas con las lunas que corrieron
entre zarzales espesos de olor
y sobre praderas y praderas.

El aroma de tus ropas
canta su ardiente canción
en la cepa roja de la encina
o cuando se torna negro y ruge
con su garganta apretada de lluvias,
que es más cálido de encontrar
que tu zapatito de lana
que guarda la forma rosada de tu pie
y sus cinco botones de flores separadas.

MARÍA MONVEL

MARÍA MONVEL
(1899 – 1936-

Una de las grandes poetas nuestras, dotada de una energía tomada de las alturas para expresar sus verdades, hechos y conceptos, que aparecen como nuevos, como recién creados.
Lástima lo breve de su paso. Habría sido de seguro la gran poeta del mundo...

INTERIOR

Suman penas mis nostalgias.
Hace frío, llueve, hay viento.
La vida plena en mi alma
y el corazón descontento.

Lograda en puño nervioso
la felicidad sostengo.
Mis hijos ríen en coro...
y el corazón descontento.

De toda la dicha grande,
nada se fue entre mis dedos,
pero se escapó una brizna
y el corazón descontento.

Por una brizna tan sólo,
por una brizna padezco,
y con juventud y amores
y el corazón descontento.

Chisporrotea la llama,
la llama que es mi elemento.
Nunca ha quemado mi piel...
y el corazón descontento.

Los dedos que mis mayores
hilo en la rueca tejieron
maltratan el corazón,
y el corazón descontento.

Los dedos ociosos, y
como fragua el pensamiento.
¡Oh rueca de mis mayores!
¡Oh corazón descontento!

Tejeré largos hilos
con mis aguzados dedos
y ataré mi corazón,
mi corazón descontento...

jueves, 25 de febrero de 2010

MARÍA ROSA CARRASCO PEÑA

MARIA ROSA CARRASCO PEÑA
(1928)

Ya es tiempo de señalar que la autora está entre las mejores exponentes. Insigne acento para
expresar su sentir. Pareciera que un ángel recorre cada uno de los caminos de un poema.
Ternura, amor, cierta melancolía, todo dicho con una dulzura admirable. Palabras cotidianas enaltecidas por sus bellísimas imágenes...


DENTRO DE MI..., LA LLUVIA

a Carlos Ordenes Pincheira

Has llamado a mi puerta
Y las manos del sol
Hunden sus luces
En medio de la espuma.

Poco a poco una bruma
va circundando la vida
La música guardada en lo profundo.

Una gota tras otra
Nos envuelve en dulcedumbre
Como tratando de cerrar los ojos
A la tempestad que se avecina.

Y llueve, y llueve en silencio
dentro del alma en círculos dormidos.
Es la tempestad de los sueños
quien castiga ilusiones y recuerdos.

El sol oscurece paso a paso
Y llueve y es un agua azul
que abraza las sombras en mitad de la noche
Lanzando un gota de mar en desolado.

Y es la vida, se hace brizna, juega con la niebla.
Hoy, llueve y llueve dentro de mí
Y el silencio sin límites me cubre
Y mis lágrimas se hacen lluvia en los cristales.


LLUEVE

En la lejanía
Se vislumbra la tarde
Luce en su cintura
Una ronda de arreboles


Más los caminos del espacio
Son amantes del misterio
Y la brisa de sus manos
Ovillan algodones grises


Así, poco a poco
Caen gotas hacia adentro
En posillos hermanados a espejos
Que se ocultan en el tiempo


Cae, cae la lluvia, cae
Lacerando recuerdos, esperanzas, cae
Cae, cae la lluvia a carcajadas
Enfría el alma de las cosas



Cae, cae la lluvia
Y las lágrimas del pobre
Esparcen su dolor por las esquinas
Mudas, dolidas, fatigadas



No es la lluvia panacea
Sus arreboles permanecen prendidos
Al recuerdo de los ojos de la tarde
Y cae, Y cae la lluvia, Y llueve desde el alma.

ALEJANDRA LEAL LADRÓN DE GUEVARA

ALEJANDRA LEAL LADRÓN DE GUEVARA
(1962)

Hay poetas que no pueden ir más arriba del techo pero son poetas.
Alejandra posee ricas condiciones para ascender: savia poderosa y buena madera para
tallar sus versos finamente...
Sólo depende de cuánto se esfuerce...

AUN ASÏ

Dícense en el otoño,
durante los meses de frío,
vanidades de los vientos,
fatalidades de los ríos.

Cuéntase en la memoria
la palidez de un campo frío
y cíñese en dorada tela
recordando lo vivido.

Trashumando en el ocaso,
pálido, el sol esquivo,
entre las nubes pidenes,
entre los campos ladridos.

Aún así, en el crepúsculo
de un árbol tuyo y mío,
dulce como la miel, dormido,
espera el piñón en su abrigo.

ISABEL GÓMEZ MUÑOZ

ISABEL GÓMEZ MUÑOZ
(1959)

He aquí a una de las mejores poetas de los últimos años: lenguaje directo, transparente
desnudo, bello, profundo, lenguaje de gran poeta verdadero...
No podía estar ausente en esta galería de cantos a la lluvia...

En el lugar donde estaba
ya nadie regresa.

Ahora los siglos
vuelven a ser esta lluvia
que cae de los muertos
y ensombrece los rostros
como un nuevo olvido.

Al parecer continuaremos esperando
que el día nos devuelva
sus fantasmas.

Aquí la lluvia no cesa de caer.

Es una lluvia perenne
que moja los huesos de la soledad.

Se instala en las ventanas
donde cuelga la nostalgia
de conversaciones que se alejan
y envejecen.

MARITZA GAIOLI

MARITZA GAIOLI
(1957)


Maritza se fascina con las nubes que van lanzando sus brillantes en forma suave, apenas
susurrante. Y las gotas adquieren un encanto especial, tanto es así, que la autora se transforma
en otra gota...
Y la lluvia se viste de magia, color y aroma...


GOTAS DE LLUVIA


No siento más alma
en esta calle de tarde
que tu aroma a lluvia
impregnando mi piel.
Y camino desnuda
por tus pastos mojados.
Bailo en mi hue lla
y bebo las gotas
que salpican las nubes.

Tejo un vestido
con palillos de incienso
para volar a tu huerto
de duraznos maduros.

Oyendo
susurrar al silencio
la eternidad nos besa
y convierte a nuestros pétalos
en uno.

PATRICIA ARAYA NAVARRO

PATRICIA ARAYA NAVARRO
(1956)

Se asiste a una trágica realidad, mientras cae la lluvia blanquean los huesos de
quines murieron por abrigar ideas distintas al opresor...
Es una lluvia rara, de lágrimas enrojecidas. Al triste son de las palas surgen manos
atadas, calaveras, vestigios de hombres valientes, fieles a un pueblo entristecido.
Seguirá lloviendo durante siglos...


OTRA LLUVIA

Hoy llueve como si nunca hubiese llovido
Los hombres cavan

Hoy ha llovido sin cesar y sin truenos casi en silencio
Y los hombres cavan

Hoy llueve porque el cielo quiere acabar este mundo
Los hombres cavan

Nunca había llovido en Pisagua

Hoy llueve un agua extraña
Un agua con voces
Un agua con huesos astillados y calavera.

VIVIANA BENZ ELGUETA

VIVIANA BENZ ELGUETA
(1955)

El viento y la lluvia de Temuco nos hablan de Viviana Benz Elgueta, autora que desconocíamos,
la que, sin duda, andando el tiempo tendrá muchos nuevos trabajos que mostrarnos...
Eso creemos.


GERTRUDIS

Atravesando valles, colinas y cerros,
te envío mi palabra
de domingo sartreano y melancolía de nieve larga.
De la vida somos hermanas.
Como cerezo y manzano
que comparten tiempo y lluvia.

En lejanía de tardes azuladas,
te envío mi verbo
para que envuelvas
castañas, copihues, saltamontes
y Feria Pinto.

Desde tierra inconquistada
envíame todo el verde
todo el viento y la lluvia necesaria!

TERESA CALDERÓN

TERESA CALDERÓN
(1954)

En su característico estilo, celebrado por moros y cristianos, Teresa nos entrega un
retrato desnudo de la lluvia.
Ese canto perdido que trae la lluvia quizá sea una transparencia o un antiguo sueño
enredado en lejanías.
Lo cierto es que cuanto escriba esta autora nos depara siempre una sorpresa. Al parecer está
hecha de aguas infinitas...

CÓDIGO DE AGUAS

la lluvia
se dedicó a llover
desconsolada.
Trajo un canto perdido
y acunado en subterráneos.
Vino hiriendo
las tejas de los años,
las rodillas de un niño,
con ojos fijos
llegó a beber en la conciencia.
Después formará túneles, crecerá por encima del ladrillo
y l agua
se esconderá en las tierra
con los muertos.

Hoy llueve entre las piedras exhumadas y huele a dolor
y a gritos
y ciertos nombres murmuran las palas.
Nunca había llovido así desde la tierra
de entre las grietas con sal con cal con restos de bolsas y
manos atadas.
Nunca

Llueve
Llueve sobre el mar
y los hombres cavan
sobre mis ojos inundados llueve
y los hombres cavan

Que llueve más y más y más y más y más más
y que mis ojos no vean
esta novedosa lluvia que cae hoy sobre Pisagua

mientras los hombres cavan
mientras los hombres cavan

ALICIA SALINAS

ALICIA SALINAS
(1954)

En su habitual y excelente estructura poética, Alicia Salinas nos da una visión original,
única, al advertir que los matorrales adquieren un acento encantado “cuando el tiempo se
dibuja en las gotas de lluvia”.
Poesía de diáfanas vestiduras. Es una poeta importante.

CUANDO ES INVIERNO

Cuando
el tiempo se dibuja en las gotas de lluvia
que suelen caer cuando no es invierno
los pequeños seres que habitan los faldeos
entristecen
lágrimas aparecen en sus mejillas tiesas
y las hojas de los árboles pequeños
creen que un bravo temporal arremeterá
sin piedad sobre sus ramas

Nosotros
los matorrales
cuando el tiempo se dibuja en las gotas de lluvia
no sabemos de aflicciones
Será porque habitamos
al borde del camino
y escuchamos historias
de hombres
que no aman
mujeres
que han olvidado
sus propias sombras

MARUJA SCOTT

MARUJA SCOTT
(1954)

Desde Punta Arenas nos llega este rumoroso regalo de Maruja Scott. A través
de sus versos sentimos la inmutable presencia de la lluvia. Y también podemos
advertir un constante afán por superar vallas de la autora. Por sus méritos y esfuerzos
ha de tener un lugar en el gran bosque...


LLUVIA, ACUARELA DIAMANTINA

El arco iris juega con el tímido sol.

Lluvia silenciosa amiga de mayo,
soberana indiscutible del invierno
despiertas latir apresurado
entretejes el tiempo viejo
junto al viento y lagrimeas sutiles
gotas transparentes en guerra.

Lluvia, errante remolino de otoño
hechicera en melodías y besos
¡deja reposar tus hijos de plata
en relámpagos y temores!
Amarillas hojas en alicaída tarde
caen sin cesar de girar goterones.

Lluvia, se hablará de tu viaje al sur,
arco triunfal en semillas del parque,
esencia dorada d ríos dormidos
mara villas en colores florecen Liz,
la esperanza sobre el arenal
agotando milagros de hidalgos.

Lluvia, ¡como besas mi fantasía!
Diáfana entras a la niña de mis ojos,
eterno brillo alegra cuerdas de luz
mandolina viva para la orquídea
estación sinfónica en albedrío.
¡Virgen culminas en tierra colorada!

Lluvia tus lágrimas de plata galopan
en ruido de truenos endurecido
y son amadas por el hechicero
mientras te deslizas por el techo
hasta los pies de la casa madre,
junto a Orfeo una nube solloza.

Lluvia, de las cuerdas del violín
nacen nubes sin profanar
su brillo permanece armónico
al caer un sol en espesuras de silencios
y sobre despojos avanzan leyendas...
Lo melódico recorre mi torrente...

Lluvia. Fémina sutil de adolescente
deseada en el trigal de las emociones
al despedir la tarde y desnudar a Leda
provocas frenesí en noches claras, eres
creencia indomable y maldecida.
El vendaval arropa el deseo nocturno.

Lluvia, con tus lágrimas de aristas
en vidrios de plegarias para coronar
tu tiempo en paisajes y reminiscencias
donando retoños en cofres de nostalgia
cancelando el pasado de amargo dolor.
La historia completa fue adormecida.

Lluvia, déjame ser tu sátiro mágico
para bailar en el pozo del placer
y que suenen campanas matutinas
junto a las brisas de septiempre
mientras en amanecidas huyen melodías.
Una lágrima se enreda en mis recuerdos.

VIRGINIA FARFÁN ULLOA

VIRGINIA FARFÁN ULLOA
(1953)

Tan intenso es el amor de la poeta que pareciera no tener fin. Podrán pasar muchas
lluvias y vientos, podrá el tiempo montar un caballo de polvo morado o gris, perolas
huellas de ese persistirán...
La misma lluvia, con su escoba de cristal, no las podrá borrar.
Ni el viento con sus barbas arremolinadas.
Virginia Farfán Ulloa es la poeta del amor....

AMANECER EN MIRASOL

a Carlos Ordenes Pincheira

Caían como lluvia tus besos
en mi frente
arreciando en mis párpados
y sobre mi cuerpo
rompiendo cristales amanecidos
en mis ojos,
labrando caminos hacia la cuenca
de mi vientre.

II

Desde mi lacerado vientre
el niño que no vino
me dirige una mirada ciega
y susurra tu nombre muy despacio.
El resto de mi cuerpo
se disuelve en la lágrima
que se niega a morir
bajo la rueda del cansancio
mientras agonizo en tu recuerdo.

Una vez más la ilusión
vestida de negra mortaja
acerca su mano a mi mejilla
y me despierta a golpes.

Afuera llueve...
Las gotas lamen un suelo herido.
Y llueve sangra también en mí...

¡JAMÄS!

No bastará
que se desplomen lluvias tras lluvias
para borrar tus huellas
en este humilde barro...

Tendrás que sentarte en el dintel de tu casa
a esperar mi cortejo
bajo la lluvia.
Y así,
cuando mis huesos vuelvan a ser polvo,
sólo entonces,
¿el viento barrerá tu recuerdo?

Una gota de lluvia parece decir: ¡jamás!

NELLY CID

NELLY CID
(1933 – 2009)

Sencillez, pureza, dolor, angustia, , ni retorceduras conforman este haz de frutos corazones.
No hay gritos destemplados, ni retorcedura.
Versos limpios muy distnatesnde las hojarascas que hoy triunfan siendo sólo aves de poco
vuelo...
Nelly Cid también posee magia y sus poemas nacen con la misma musicalidad del agua o
de las hojas. Poeta en senda de claridades porque su visiónes de gran altura.

Belleza y altura en su vuelo poético.

TIERRA MIA

Vuelva la lluvia sobre mi corazón
de hija del sur,para que germinen
voces nuevas y lo resblandezcan,
para que la humedad penetre por mis poros.

Vierte tu calidad de oro verde
sobre mi frágil levedad de tiempo
y el,organillo claro de las hojas
prefiera susurrar de auroras.

Vierte sobre este ser de tantas brumas
el corro alegre de aves pasajeras,
paisaje de mi sur con ese aroma
sin igual y atmósfera celeste.

Satúrame en tu vientre de amapolas
en tu collar ungido de bosque, cordillera y mar,
soy la hija pródiga que te evoca
con la vehemencia que se añora la luz.

Revierte la ausencia que me anida,
que sean sólo tiempo y paz,
esporádicos sueños de la infancia
que agranda el tiempo al recordar.

PUNTO DE ENCUENTRO

Pasó la primavera y el verano
y el otoño pintó sus arabescos
y nuevamente el inverno
se asoma a mi ventana.

Invierno con sus manos grises
con sus nidos vacíos
con el cantarino golpear
de la lluvia.

Y tu voz llega como rumor de besos
que aún palpan mis labios
y te haces eco, fuerza, presencia
aunque la tarde blanquee las horas.

Voy contando crepúsculos
para obviar la nostalgia
el el arco iris un día
puede ser nuestro punto de encuentro.

INVIERNO

Se trenzan los silencios
en mi alcoba,
es invierno,
afuera lleve.

La noche se hace cauce
en mis pupilas,
la caricia anhelada
no perfila su sombra.

Afuera el panorama
húmedo y desolado
está preñando vidas
en la tierra.

Pero mis manos
huérfanas extraen,
pañuelos invisibles
por tu ausencia.

PATRICIA PINCHÓN VERA

PATRICIA PINCHÓN VERA
(1953)

Hay un ruego que hace retumbar los espacios, cara al firmamento seco, oración
desesperada porque la bienechora amante de la tierra no se descuelga de
sus dominios.
La fe mueve piedras y montañas, y la lluvia entonces desempolva
la sequía para bendición de mujeres, niños, hombres, aves y animales...

RITO

Levanta el cielo un ave muerta.
¡Dios, danos agua!
Fervoroso el hombre sopla el espíritu
de este ángel convertido en pájaro;
para así llegar a las nubes
y éstas recuerden el aliento ahora seco
de estos seres olvidados.

Ya languidece el vacío,
menester:
¡Briznas de altura!
¿Pluvia a granel?
¿nube que no alude
en huidizo perspunteo
por costillas desacertadas en el cielo
la muy vertical?Hebras de argenta no caen
Oh! lujuria de metales
timpánicas las nubes retahilan el eco
que sucumbe sobre los tejados.
Recalcitran leyes de la naturaleza
y en la hondura de la tierra
decanta el arrobo, del por qué
fingen las piedras asentarse por bautismales lluvias,
.
-Partitura de agua
plan continuo de Dios-

miércoles, 24 de febrero de 2010

GLORIA GONZÁLEZ MELGAREJO

GLORIA GONZÁLEZ MELGAREJO
(1952)

Gloria González Melgarejo, poeta sureña, evoca ese tiempo de oro cuando era una niña, un ángel, una gracia de cielo. Es un viaje a la felicidad de los primeros pasos donde hasta el viento jugaba
con duendes y príncipes, y la lluvia tejía las pozas para llenarlas de estrellas...
Esa magia maravillosa de los primeros años jamás se irá de la poeta...


LLUEVE EN 1960

Ven lluvia de antaño
serena, infatigable, victoriosa.
Que el polvo cae sobre mi ciudad,
sus plazas, sus iglesias
y mis zapatos...

Cuando yo era un ángel,
en un lejano tiempo,
escuché tu fino tamborileo,
tu música imperiosa...
Correr por las arterias
de mi vieja casa.

Es medianoche en el cuarto de los padres:
¿La niña duerme?
Y unos pasos sigilosos, una voz
dulce y asordinada por el sueño...
Duérmete mi ángel, sólo es el viento,
el correteo de los duendes
que juegan ala ronda sobre los techos.

Yo fui feliz a los 7 años
cuando al volver de la escuela
chapoteaba en las pozas
con mis botas de lluvia.
A la alegría del mundo
convoqué con mi paraguas rojo.

ALEJANDRA ZARHI GARCIA

ALEJANDRA ZARHI GARCIA
(1950)

La lluvia tiene una escoba de cristal y barre calles, caminos, techos, y le da un aspecto de
belleza intacta a la noche... sólo que a veces la lluvia no parece venir de las nubes: cae, cae de los ojos de alguien que espera un milagro...
Y claro, la poeta y muchos de nosotros sabemos de ese amargo esperar... ¡nada! Y pasan los días, los vientos, las lluvias, y la soledad continúa su reinado de sollozos ahogados...
Lo importante es que Alejandra posee una gran voluntad y ha luchado toda la vida por sus ideales...


LLUVIA Y ANGUSTIA

La lluvia se desliza
por valles blanquecinos,
recorre acelerada el surco negro
que dejó el viento.

El faro alumbró el volcán ardiente
que va apagándose
con el agua.
Se posa en los labios,
acaricia la piel.

La lluvia limpia la noche,
cambia la luna y su sonrisa
se dibuja en la fuente mágica.

Lluvia en el mar
recorriendo majestuosas sendas
que arden por años y no puede sentir
el latido ansioso de un grito de amor.

Purificadora del pensamiento.
Un escalofrío recorre este sueño.

La mansedumbre del silencio
quiere romper en alaridos encontrados
en la angustia.

Lluvia que lava los deseos
quemantes de la piel...

Llueve, llueve...
son las lágrimas mía por un necio
esperar...

MERY COLOANE

MERY COLOANE
(1950)

Mery Coloane ha logrado superar muchas vallas y ha logrado situarse entre los árboles del
bosque con prestancia y calidad.
Siempre será digno de elogio cuando el artista se va superando contra viento y marea y saca
adelante brotes y flores tras azules esfuerzos.
La poeta es una digna hija de Apolo...


LLUVIA DE MI PUEBLO NATAL

lluvia de virtudes y perfiles milenarios,
abres tus manos
para desgranar tu esencia y ensamblar tu latido
como cascada de ritmo y fortaleza.

Lluvia de mi pueblo natal,
en tu regazo impulsé mis fantasías de niña
y purifiqué tus estrellas de activas innovaciones,
de esquemas y delirios.

Hoy te evoco con la misma fuerza y plemitud,
lluvia de germinaciones antiguas
cuajada de rasgos perpétuos...

Fluyendo -divina fuente- emigras
a sitiales infértiles
para levantar las semillas de espigas trémulas,
y enervar los tropismos de fragmentos subterráneos.

DORIS MEZA AZÓCAR

DORIS MEZA AZÓCAR
(1947)

Resulta agobiante escuchar cómo al fondo de los tarros caen las goteras
desde un techo herido por el tiempo y obligadas demoras.
Y ciertamente las goteras traen consigo mínimos trozos de cielo. Y claro
cuando existen entradas, la lluvia pasa -¿intrusa?- talvez para averiguar
cuánto de firmamento hay dentro de la casa...


LA LLUVIA YOTROS RECUERDOS

En vista de la espera
acudo al catálogo de las esencias
perfumes de infancia
desorden invernal de la monotonía,
camas deshechas
adornadas
con plumas de codornices
y aves silvestres.

Acudo
al agotador sonido de las goteras
capturadas
en tiestos también rotos;
parece que el techo de la casa
sirve para cobijar el cielo
y esconder el palomar...

Pero la lluvia es una visitante
nunca inesperada....

DAISY BENNETT

DAISY BENNETT
(1948)

Daisy Bennett es una de las grandes poetas actuales que -gente joven o no tan joven-
deberían leer al menos uno de sus libros. También los poetas deberían hacer lo mismo.
Es casi increíble que elementos de tanta calidad no sean difundidos en su propio país...
Es una vergüenza...

SOLAMENTE HE VIVIDO

La lluvia se despeina en mi ventana
sin mostrarme su rostro
de antigua lavandera.
Y bajo mi mirada almidonada
-va sucediendo-
el río vertical con sus espejos
sobre el lecho sumiso de la tarde.

Las diferentes gamas de sus grises
cuelgan en mis pestañas
y una humedad selvática enredada en el aire
va pisándome el rostro
mientras el tiempo pasa borrando su lenguaje
en el sonido místico que dejara la historia
en sus zapatos.

Sus agujas de vidrio
zurcen mi soledad en el lienzo del día.
Siento dentro de mí que voy huyendo
y no sé de presente
ni pasado.
Solamente he vivido.

MARÍA ELENA BLANCO

MARÍA ELENA BLANCO
(1947)

No entendemos cómo esta poeta de tan selecto lenguaje. Creadora
insigne. Aún no quiere publicar su primer libro... Bastante la hemos
incentivado con trípticos, cuadernillos, antologías, y es como sentir
temor, no sé... Ojalá cambie de opinión y el que escribe estas líneas
alcance a ver
un libro suyo...
El gran bosque de la poesía lo solicita...

LLUVIA

Todo y nada y piedra
dureza de roca y navaja
ay, sí que lloraría.
Lloraría,
lloraría,
llovería,
como llueve el dolor,
este dolor duro, que busca pausa entre las cosas.

Sí, lloraría hasta que se me cayeran
los ojos a pedazos
gota a gota el dolor,
hasta encontrar un breve espacio de silencio.

Demorando el torrente
antes del canto
ser en cuna llueveduelos
vivir este duelaje de tajaplumas.

Luego, romper en rioladas las risas,
abriendo la espuma negra, la ensimismada.

Ay sí,
abrir la urgencia de los verdes bajo los ríos,
salir al paso de los frondosos.
Ahora sí que viene un cántico
viene del más alto risco a los rododendros,
como cuando niña,
ahora sí que puedo
ser un ángel de pecho abierto.

VIRGINIA VEGA

VIRGINIA VEGA
(1954)

La lluvia aparece como una dama cortejada por el viento. En bella
bella factura, la poeta la ve libre, como nueva, y es así como la vemos
-como una bailarina- haciendo estallar su música inefable sobre los
techos...
La lluvia, la poeta y la tierra, son hermanas...

LLUVIA EN OTOÑO

Está resucitando la primera lluvia:
viene lloviendo desde el cielo
Escandalosa deja ver las enaguas
Que le mueve el viento
Alborotada carcajea en los techos
Liberada después de
Meses de cautiverio
Planifica su reino.

Se fue el verano y sus juegos
Sólo ella pondrá el ruido
Que hoy escucharemos
Emperlada como una monarca
Va tumbando los objetos

De las hojas de las plantas
Están brotando destellos
Y las hojas de los árboles
Reverencian el nuevo imperio
Lluvia nostálgica de tierras
Bajas a besarla
Y cuerpo a cuerpo la estrechas.

PAZ MOLINA

PAZ MOLINA
(1945)

De pronto todo paree impreciso, lo que se haga buenamente toma la forma
de un mueble en desuso, caduco. Los valores espirituales yacen en medio
de la calle, bajo la lluvia.
La mejores luces se pierden bajo la pezuña... Han pasado de moda y ya
nadie los quiere...
Pero la poeta tiene demasiada belleza en su espíritu, y sigue adelante...

AQUI SE VENDEN FLORES

Los mejores espacios son los trasuntos
del alma.
Para reír es preciso haberse equivocado
Los hombres se acostumbran a veces a sus hijos
y consiguen con ellos grandes parecidos
Tienen fuerza en las manos a punta de mentiras
Aunque no deja de llover
Aquí se venden flores

No hay manera de portarse bien en este mundo
Todo cuanto se haga parece fuera de lugar

Hay un piano en la calle bajo la lluvia.

Llamen a los bomberos
Las situaciones preciosas
han perdido vigencia
El agua sigue entonando su muerte.

VICTORIA CAMPOS GALAZ

VICTORIA CAMPOS GALAZ
(1944 – 2001)

Aunque disimulaba su estado casi agónico por la muerte de su hijo injustamente
asesinado durante la dictadura, La lluvia con sus encajes vaporosos y helados le hacían
recordar a su muchacho.
Su corazón de madre se cubría de claveles negros. Y buscaba el por qué, sin encontrar jamás una respuesta que pusiera en sus ojos un poco de luz distinta.
A pesar de su dolor, erala mejor de las amigas...

ANSIEDAD

En este segundo de conciencia en fuga,
mientras galopan en penumbra los recuerdos
de una verdad dormida en solitario
y la lluvia trae a la memoria tu rostro,
sus manos hechas ternura esconden el silicio
de la angustia,
y mariposas en risa te interrogan
en actitud de vanidosa astrodemia.

¿Dónde estás, verdad, dormida sombra en la pared?
¿En qué parte del alma amanece amanece tu voz?
¿Qué extraño designio barrió tu sonido,
ángel con alas de vidrio?

Mientras yo navego en aguas muertas
hacia el puerto de la nada,
equilibrada en el naufragio de las olas
y mientras llueve sobre mi pelo,
zozobra desesperada la razón.
Un monólogo triste cuelga de su silencio
y una sinfonía de pájaros ciegos se atrincheran
en el iris de esta estéril soledad.

Hace ya tantos años que sigue lloviendo...

NOSTALGIA

Caíste en la explosión de mi galaxia.
Tu sabor estremecido de risas
bañó mi desnuda melancolía
mecida en arpegios celestes
y un temblor de catálogos secretos.

Embrujada de luces, sangrante de frío,
bajo su nomenclatura de acuario
viví alegre tus lluvias;
abrí existencias mágicas
a tu eléctrico juego de duendes.

Nostálgica herida, doliente escarlata,
te dejo rompiendo nubes orbitales
con antorchas encendidas de estrellas
y tu nostálgico amor de sol en lluvia...

Yo caminaría sobre la muerte
si tu garganta azul
astillara el cristal de la risa
rodando al precipicio de violencias...

martes, 23 de febrero de 2010

XIMENA TRONCOSO

XIMENA TRONCOSO
(1967)

Nos ha asombrado gratamente la entrada al bosque de esta buenísima poeta con su
primer libro. Eso da para pensar que andando el tiempo -no mucho- tendremos
una exponente de primera línea.
Poesía directa, auténtica, ausencia de adjetivos vacíos, poesía propia de una futura
gran poeta.

NACIMIENTO

Se esbozan figuras en el aire
pasos
hombres caminan por el siglo
Tienen la cintura de la historia
Flotan amarras de sus vendas
Recorren versos populares en la calle
La llama fraterna dibuja canciones
desde el fango
Cabalgan sin yelmo
en mágicas revoluciones
Sus cuerpos engendran la furia del olvido
Un cielo invernal
cortado por la dorada fragua del verso
se aproxima
Un alma liga a otra
niños caminan por el siglo
Las lluvias fluyen ígneas por la corteza


QUIÉNES SOMOS

No podría dejar de asomarme a la ventana
y ver

Ver más allá de la gélida agonía
de los que sellan su camino
en el asfalto derretido

Leo el círculo asimétrico de sus miradas
y huyo desde la escenografía rota...

Cada día, presiento
la taquicardia de mi pueblo herido
Los bototos noctámbulos
del más conspicuo limpiador de barriles por la ciudad
Los cuerpos desolados del invierno
que va asfixiando nuestro Santiago decaído

Aún estamos los que queremos
Caminamos por un cielo verdadero

Los que descubrimos espejos refulgentes
en los charcos de las calles llovidas de piedra

Somos los que construimos, en un abrir de ojos,
las fastuosas casonas del Barrio Brasil
que se van derramando con mi ahogado pueblo

Yo me inspiro
del suspiro de los viejos
que van haciendo la trova de los pasos lentos

Nos despierta cada pincelada de jazmín
Fragancia de los instantes de nuestra lucha.

ANA PATRICIA CARUTI AMPUERO

ANA PATRICIA CARUTI AMPUERO
(1944 – 2006)

La lluvia tiene un rostro duro,parece enfadada, talvez con los hombres que
todo cambian, rompen, envenenan... Talvez...
Entre sus furias deposita tristezas, campanas rotas, sueños parchados a punta
de lágrimas...
La nostalgia entra por puertas y ventanas...
Qué formidable poeta se nos ha ido tan pronto...!


MEMORIA DE LA LLUVIA

La lluvia nuevamente
la lluvia frenética agitando su campana feroz
sobre el huno, entre los rododendros y las almas.

La lluvia clama, late, entre los recovecos
del poblado que aguarda
una mengua confortante.

Las horas pasan una a una
anudadas al tiempo del recuerdo
y es instante de compartir la sopa
para masticar cucharada a cucharada la nostalgia.

La lluvia insiste
y la sopa no alimenta
dentro de la piel que está prestada
ni un sonido, sólo la lluvia enfurecida
y las bocas
paladeando la saudade.

SILVIA VELOSO PÉREZ

SILVIA VELOSO PÉREZ
(1941)

Contemplación y elogio hacia el derrame alucinante de la lluvia. La poeta
parece descifrar el idioma del viento y expresa una esperanza: setiembre
coronado con los sombreros dorados del inefable yuyo...


LA LLUVIA

Asoma el prodigio de sus perlas
decorando, deslumbrando las hierbas.
Su llegada dominadora
asombra
a los surcos
que maman de las nubes...

El viento le pide a los trigales
que no tiemblen en demasía,
pues el yuyo
recreará con sus flores de oro
en setiembre...

El manto fluvial
es amigo de la boca que bien le bebe...
y es agonía
fluyendo espesuras por las estancias...

MARÍA TERESA UNDURRAGA

MARÍA TERESA UNDURRAGA
(1941)

Sorprende cómo esta autora salta de un caballo a otro, sintiéndose bien en
su nuevo corcel: del cuento a la poesía. Lo está haciendo en buena forma. Va
camino de constituirse en un excelente valor.



I

Crepúsculos de fuego estallan bajo la lluvia.

Los paraguas del silencio
me acorralan,
raudales de luces y sombras
cayendo al desvarío.

En lontananza
se detiene un tren envuelto en humo.
Sube una pasajera,
lleva por equipaje simientes de luna.

La lluvia lanza destellos de plata.

II

Era el rocío y se tornó en lluvia:
Era el viento y fue huracán.
Una gota de agua fue océano.
Era la luz y llegó la noche.
El reloj encerrando del tiempo.

En el largo silencio
de los días del ocaso.
Las estrellas escondidas
en busca de la luna.

Eran la luna y las estrellas
colgando del infinito.

MARÍA SILVA OSSA

MARÍA SILVA OSSA
(1918 – 2007)

A veces la lluvia luce vestimentas oscuras y algún presagio entre los finos
dedos de agua dulce. Su bailoteo no siempre parece alegre.
Y el temor es un trompo que ella hace girar en las palmas de la noche. Pareciera
que alguien enlutado atraviesa las sombras...
María Silva Ossa, exquisita poeta, ha dejado una extensa y valiosa obra poética.
¿Qué dirán los “eruditos” de su poesía?

LLUVIA

Llueve, suena el agua
inexorable.
Yo le ruego,
ella sorda.
Caladura de la muerte,
risa eterna de la nada...
Barco muerto que desliza
su ataúd entre las algas.
La escucho palpitante
y azorada.
Tiembla mi alma
como fruto desgajado.
Se desliza por mi oído
y llega donde nadie
sino tú te cobijabas.
Busca mi cuerpo en sombras
el calor de tu garganta,
y me hallo sola, con la muerte
de la lluvia en las entrañas.


PAISAJE INTERIOR

Vivo la casa con sus flores de vino.
En el suspenso del mantel
yerguen las lechugas
sus verdes llamas.
Los niños de mis venas
juegan en las alfombras
y sus risas encienden los rincones.

En la jaula de su oreja
la ventana escucha su monólogo,
y el viento mezcla lunas
al enjambre de sus árboles.

Bajo la carpa de la lluvia
se adormece la plaza
con una rosa en los cabellos.

Apresura la escalera
su eterna huida,
y las sombras borran
lentamente la conciencia.

BERTA AGUIRRE VIGOROUX

BERTA AGUIRRE VIGOROUX
(1919 – 1977)

Después de haber probado la miel, beber arreboles, trinos, y la dulce lluvia
“en la copa de los árboles”, es natural que los sabores persistan y se quiera seguir
libando el rosado polen de la vida...
Hemos leídos muchos poemas tristes de la autora y en este poema pareciera que
presiente que algo se termina o que ella estuviera en el último tren...
Hay una ansiedad increíble, incesante...

MÄS

Después de haber vivido estas horas ávidas de noche,
y de haber subrayado tu nombre
en la línea azul del horizonte,
quiero más.

Después de haber teñido de oro
las techumbres de argamasas de las paredes
y de haber bebido lluvia
en la copa de los árboles,
quiero más.

Después de haber besado tus manos amorosas
y de haberme hundido un poco
en la lumbre de tu alma,
quiero más.

Después de haberme dado completa
a la existencia
y de haber parido hijos
y algunas pocas letras,
y de quedarme apenas mi piel y mis vestiduras,
quiero más, y muchos más todavía,
y más y más ¡y más!

La muerte no debe sorprenderme
sentada en una silla.

REBECA NAVARRO

REBECA NAVARRO
(1920)


Esta excelente poeta ha vivido siempre alejada de las peleas literarias, razón
suficiente para que su poesía no sea ampliamente difundida. Ya sabemos que
no es necesario ser grande en la poesía:
a los monigotes imitadores de poetas les basta con ser de una banda determinada
o ser muy amigo de alguna editorial. Etc... Prueba de ello las innumerables ediciones
basurales que nadie lee,pero son presentadas a todo lujo... Se pierde mucho papel en Chile...


MEMENTO

Tres piedras de tu suelo,
eso queda de ti
a un año de tu muerte.

Llueve sobre tu tierra
densamente.
Un pájaro solitario pasa
gritando su angustia.

Dentro de tu lecho de muerto
tu pobre cuerpo deshojado
se acomoda tristemente
entre almohadas de musgo.

Tu cara y tu boca amoratada
-nunca vi antes un muerto de mejillas cárdenas-
tu piel a duras penas contenía
los chorros coagulados de tu sangre.

Mientras...
Afuera aún resuena desafiante
bajo negra capucha solapada
la fiera carcajada del verdugo
que te imprimiera su espantosa huella.

lunes, 22 de febrero de 2010

ROSSANA

ROSSANA

A veces me miro en un torbellino de vidrios rotos,
duras aguas,
y no me es posible asirme al rostro que veo,
se aleja,
se esfuma,
después de crueles brumas, marchito renacer,
quisiera partir.

Hoy,
a través de empedernida niebla, te recuerdo,
abnegada luz,
amanecer de un día entre las hierbas
cuando la vida
parecía un tren de colores
internándose en un cielo distinto.
Supe de tus escuálidos deseos
de atarme a tu alma.
dulce, vegetal,
superior a todas las posteriores.

Tenías claridad de aguas selváticas,
corazón de cristal
a mil planetas de la estulticia...

Y este llanto celeste... Ah, defensora de mis momentos verdes
y encendidas locuras...!
¡Si pudiera verte ahora
como aquella noche en que fuiste madreselva
cubriéndome el corazón...!

Eras.
Sí: eras.
Y la luna enredada en los sauces te tornaba bella, vírgen.
Te comparaba con una pintura del siglo quince...
Eran hermosos tus pasos,
tan reales,
como tu sollozo más inmenso que el mar recién conocido...

Yo quería todas las sendas,
sentarme a la orilla de difuntas lluvias, conocer
rostros ennoblecidos y alucinantes,
ser viento siempre vagabundo, a toda hora enamorado,
y caminar,
vencer muertes y resurrecciones
al amparo de diáfanos carnavales...

Tú venías de un reino establecido entre relámpagos y truenos,
allí donde tus hermanos
son apenas mínimos sembradores de lunas y soles...
Amabas esos pueblos
aquellos pasos morenos, mocetones
sin futuro ni sendero,
heridos, despojados, ¡nunca vencidos!
Me enseñaste a amar a los primeros dueños de mares y tierras.

Y te pedí no anclar tus sueños
en esta ciudad agonizante entre duros disfraces,
devoradora de tórtolas y manzanas.
Te dije: es mejor para ti volver a tu patria milenaria...

Nos perdimos.
Aún recuerdo la serena noche en tus manos,
tu cara de calle abandonada...
LA BÚSQUEDA

(Publicado en la "Hoja Verde" de Raúl Mellado en
1998)

I
Frente el bosque petrificado.
Aquí nací.
Era yo el lacerado por frías pupilas.
Crujían mis huesos y
estaba solo. Mis hermanos habían muerto.
Yo mismo parecía un cadáver
escuchando la sonata del gusano.
Bajo los cueros
que en vano luchaban contra la nevazón,
alguien escribía...

La caverna se llenó de aullidos cuando otros animales
acudieron al encuentro de la primera fogata.
Entre los leños
quisieron hallar un corazón invisible.
Yo permanecía inmóvil.
Oscuridades, hielos, me ataban al grano de arena.
Quizá esperaba cierto nacimiento,
algún relámpago en esfera lejanamente celeste.

II
Un ojo atisbaba árboles recién nacidos.
Junto a los bramidos del mar, temblaba visiones...
En inmenso silencio el planera era un dinosaurio helado.
Hincado sobre las dunas, un animal
se desposaba con el agua: primer poeta
sobre la tierra virgen, descubridor de un lecho de cristal...

Le amaron tibios naranjales, vagidos leves.
Sangrientas lunas se desplomaban...

III
Diez mil años después una flor me detuvo.
Entre sus ásperos pétalos moraban plenilunios.
Yo estaba conmovido.
Mis uñas eran azules.
Los otros lapidaron su fragancia.
La crucificaron bajo piedras y soles.
Y otra vez la soledad, entre pieles ambulantes
se nutrió de marchitas luciérnagas...

IV
Regresé para ser perdedor en un circo romano.
Para enmudecer cualquier momento era lo mismo.
Esclavo sin horizonte,
gladiador al que robaran la sonrisa.
Debí comprender la derrota de mi ángel protector.
Espartaco había muerto
por ser el primero en gritar: ¡Libertad!

El mundo giraba enloquecido, último minuto,
enana brisa en rostro ahogado en espeso crepúsculo.
Escuché suspirar al que derribaba mi fuego...

V
Vencedor del tiempo, paso a paso, la buscaba,
coleccionando rastros. A veces rodaba
confundido en mi propia sombra. Caían silos, amapolas.
Algunas estrellas se incrustaban en mi cintura
dejándome abandonado en intransitadas tormentas...

No podía desnudarme frente a mi claridad...
En ciudades subterráneas, entre peñascos semejantes a cazadores sorprendidos
por empedernidos sueños, sin desmayar
proseguía buscando, cielo o tierra,
desapareciendo o retornando al misterioso reino de la ceniza...

VI
Año 1545.
Era mi madre esclava pisoteada por bestias
buscadoras
de placeres en castigadas sangres.
Hermosa
como flor adormecida bajo el agua.
Tenía cortadas sus manos
para que nunca pudiera cautivar la serenidad de las secoyas.
Noche cuajada en su pie.

Aquel mundo tan lleno de osamentas, mustias alas,
la empujaron a dormir entre nevados mastines.
Raras algas rodearon su garganta.
Apenas pude comprender su precipitada fuga.

Despojado de su sinfonía
se fue escarchando mi risa.
Era sólo un niño.
Fuera las bestias se disputaban los restos de la lluvia.

VII

Sí.
Aquí estuve, en esta caverna rodeada de duros árboles.
Aún la noche establece su reinar.
Ahora puedo leer aquel poema escrito en mi espalda.
El mamut ha renacido.
Veo su trompa empapada de llovizna.

Como retorcida de sed la corteza se abre,
aparecen animales que fueron mis hermanos, lejos del aullido,
puliendo las piedras, iluminándose...
Garras calcinadas yacen bajo el pie.
Desnudos -tras la primera imagen- lucharon y murieron
-como yo- y renacieron al llamado de la roja espuma.

La flor, ayer diseminada, recobra
su antiguo esplendor.
Yo también he cambiado de piel, color, estatura.
La bestia fundida en la nube, ha perecido.
Volcánicas llamaradas duermen ahora al amparo de la tiniebla.

Y aquí está mi rodilla alimentándose de éteres y lodo.
Mi espíritu aún desierto,
sin hallar, sin poseer, la esencia de su horizonte...
Insomne viajero,
no sé cuándo daré fin a su búsqueda...

Carlos Ordenes Pincheira

Andalucía - España - 1985

ANA MARÍA VIEIRA

ANA MARÍA VIEIRA
(1945)

Notable trayectoria la de esta poeta. Ha publicado varios libros y en ellos hemos
constatado una constante superación hasta el punto de lograr un lenguaje grato, de
gran calidad.
Estamos ciertos que seguirá avanzando, quizá rompiendo moldes y antiguas puertas
en su quehacer poético hasta más allá de lo previsible...
Tiene suficiente visión, fuerza y calidad, para mostrarnos la belleza de su andar...

TEMBLOR DE AGUA

Fulgurantes cascadas
desgranan sus cristales
desde ánforas extrañas
inmóvil bajo el cielo.
Recibo toda la inconstancia de la lluvia.
Sus finas hebras entretejen
el sudario de las piedras:
transitoria humedad que purifica.

De igual forma
el corazón ha de bordar sobre sus llagas
-con acerados hilos-
tan infranqueable manto
que sólo el amor con sus espadas
penetre su rojo laberinto.

Sólo entonces podremos oír la lluvia y
contemplar con ojos nuevos
como el agua
al caer
también se eleva.

ANNAMARÍA BARBERA LAGUZZI

ANNAMARÍA BARBERA LAGUZZI
(1945)

Junto a Cristina Larco Briceño, es una de las poetas más hermosas que he conocido.
Luchadora incansable, venciendo los desafíos que la vida le ha presentado. Admirable.
Y siempre ha creado un momento para sí, para su espíritu, y la poesía viene a su encuentro y ambas se funden en una reciprocidad de colores increíbles...

ME DA MIEDO LA LLUVIA

Me da miedo la lluvia
que cae entre relámpagos
mientras en la montaña
los nuevos segadores
y las errantes aves migratorias
llaman con fuertes voces
a la naciente estrella matutina.

Bajo la lluvia somos exiliados
llevamos bajo el brazo a nuestros muertos
y en los bolsillos soliloquios de fantasmas.

Damos pasos inciertos
buscando un batir de alas en el aire
en un intento inútil
de renacer a un limpio mediodía.

Indescifrables llantos
van pulsando el cordaje de una cítara
a la deriva por un agua triste.

Me da miedo la lluvia.


CANCIÓN DE AUSENCIA

Para Philippe Delaunay

La presa que sucumbirá al cuchillo
¿no se encuentra ya muerta
en el ojo sutil del cazador?
Antes de pronunciar la despedida
¿no se ha extinguido acaso ya en el alma
la incierta llamarada
que usurpa del amor su nombre mágico?

Con pasos de fango
se derrama la noche
sobre las hojas truncas
la lluvia gota a gota
apaga las antorchas
en todas las colinas.

Por las deshabitadas arboledas
silba la negra ausencia
su canción sin regreso.

domingo, 21 de febrero de 2010

IRMA ASTORGA

IRMA ASTORGA
(1920 – 2000)

Impresionante poema dedicado al padre que jamás la poeta olvidó y que en sus versos
renace cada vez con más fuerza, y está vivo y la hija habla, pregunta, como antes,, siendo
niña, porque él era un sabio en el dar amor paterno.
En sus sueños la recia autora le pide que vuelvan, ambos, a sembrar, a jugar, a mirar la lluvia
y el viento, que en vano pretende zafarse de las zarzas.
Hermosa forma de soñar y traer al ser querido al tiempo de arreboles y trinos lejanos...
Irma Astorga, admirable poeta...


RÉQUIEM PARA MI PADRE BELISARIO ASTORGA

Padre, en esta noche de florida lluvia,
¿dónde estás?
Tus aporreados huesos aún duelen
de tanto trabajar para nada.
¿Para nada?
La muerte es un trabajo que se aferra a los vivos,
apretando la sangre
cuando se nos doblan de humillación los huesos.
Padre, sí, lo sé. Tú lo dijiste en el momento
de tu último aliento:
“al mar no se le puede retener en un canasto,
ya verás cómo un día salta la valla
y entonces será el caos”.
Padre, ¿no sientes el perfume de octubre?
Tú amabas las rosas
y adivinabas el pezón de las parras:
“Hija, el invierno llegará tardío,
como nuestros sueños”, dijiste, y así ha sido.

Estamos al borde del maíz, de las sandías,
los tomates ondearán su rojo
en los escondidos verdes, de las chacras.
Y justo ahora, llega una carta que dice
que mi hermano, el menor, con sus hijos, parte a
tierras heladas
con el sabor de Chile en su tristeza...
¿Por qué, Padre? ¿Por qué?
Esta lluvia me anega los ojos,
me está matando de a poco.
¿Cómo salir de esta invisible red donde me falta el aire?
Toma mi mano, padre, y, como antaño,
echemos semillas en el aire.
Juguemos a ser magos, pintando el aire de colores.

ELIZABETH GONZÁLEZ ALTAMIRANO

ELIZABETH GONZÁLEZ ALTAMIRANO
(1955)
Elizabeth González Altamirano ha encontrado la brújula y llegará al puerto deseado, esto es, a reunirse con sus pares en el gran bosque de la Poesía. Hay un interés creciente, constante, por hacer de su vida un camino pleno de resonancias y entornos de veras grato y memorable.

Esperamos una madurez espléndida que la conduzca al sitial soñado.


LLUVIA NOCTURNA

Golpeas en mi ventana
en medio de las doce de un reloj sombrío:
abro un ojo,  alucinada
escucho, disfruto tu canción primera

A lo lejos el mar
recibe tus helados rasguños.
Las gaviotas,
acurrucadas en el muelle,
elevan sus graznidos.

Eres lluvia
desmayándose en
sueños
y recuerdos.

No puedo olvidar tu sabor a intemperie
ni tu ruido quedo entre tinieblas.
No dejo de ser tu lámpara
cada noche que te anuncias.

LLUVIA MAÑANERA

Llovía esa mañana,
los transeúntes dormían sueños pasados
en la esquina donde el viento
nubla los sentidos
y la niebla adormece los dedos.

Caminé sin entender el mensaje:
volví a releer
esas cuatro líneas apuradas
escritas en azul...

Dice que se va...
¿dónde dejará descansar esos huesos
que imaginé míos...?
Vuelve a descartarme la mirada
en el capullo que nunca floreció...

Apuro mis pasos,
la lluvia arrecia sobre mi cabeza:
sus dedos húmedos
enfrían mis enfados.

Me detengo...
Otra vez mis ojos en la nota
en un regreso al pasado...

Serena,
decido regresar a la dignidad
y dejo la misiva al viento...

ISABEL VELASCO

ISABEL VELASCO
(1937)

Isabel siempre en la brecha con sus vocablos simples y bellos.
No es posible soslayar su hermosa trayectoria y por eso ella nos dice que la lluvia es
bienvenida cuando trae mantos ligeros y sus sandalias apenas rozan el pasto.
Pero es rechazada por la autora cuando cuando patalea entre techos y rostros desprotegidos.
Facetas inseparables.
La simpatía de Isabel es un poema aparte...

TEMPESTAD

Silencio
acunado en caricias
compañero de mariposas
no interfieres apuro ni calma.

Silencio
trae música
el tam tam de tambores brujos,
atracción, malignidad y sudores
del hallazgo sin tiempo.

Una gota de lluvia
trae otra y otra y otra gota de lluvia.
Dos, tres, encantan,
detienen tiempos.
En loca carrera deslizan presencia tras la ventana.

Inesperada, bienvenida lluvia,
alivias sed.
Lluvia.
Tu persistencia entumece refugios ligeros.
Tu porfía cruel
destruye hogares, arrastra recuerdos.

Lluvia,
calma tus furias,
duérmete en las nubes,
¡no empañes mis soles!

DESPUÉS DEL SILENCIO

Como el polvo bajo la lluvia,
necesito partir sin dejar huellas.
Imagino procederes,
dejo al mañana
discurrir fórmulas perfectas.

Atemoriza el juicio severo,
aquello ata
impide determinaciones ligeras.
Moriré sin dejar leve sospecha.
Nadie imaginó
que acuñé soledades
que me enredaron las penas.

Moriré sola.
Al concluir misas y responsos,
junto al nombre tan llorado
quedará grabado el mío
tal vez la lluvia se haga presente
y después del silencio quizás continuaré sola
aunque
los huesos de mi padre
reposen allí...con sus dedos de cristal.

VIGILIAS

¿Esperar?
No queda tiempo.
¿Escribir?
No leerás.
¿Hablar?
No sabes escuchar:
eres como la lluvia...

Nuestros caminos se pierden
como sueños infantiles,
somos cómplices,
dimos paso a juegos cimentados en pesares.

No quiero pensarte
cual recuerdo pasajero
como quien murmura
palabras sueltas
en medio del agua
con su mensaje de estrellas rotas...

Recogiendo calmas
sabré construir
tu inútil distancia,
contar vigilias,
saberte ajeno y tan lejano
de mis cantos...

TERESA WILMS MONTT

TERESA WILMS MONTT
(1893 – 1921)

Teresa Wilms Montt desatendió la hipocresía imperante. En su breve pasar, dejó una
marca indeleble: su poesía. Fue elogiada por los intelectuales de la época, entre ellos,
Valle Inclán y el más entusiasta con su obra fue sin duda, Juan Ramón Jimenez en una extensa carta fechada en 1944...
Una vida torturada por una época llena de artificiales conceptos. Rompió esos moldes que parecían eternos, dejó atrás la maraña de comentarios y chismes, hizo lo que su alma le indicaba, dejando de lado carretas inservibles y agusanados conceptos morales.
Hastiada, tomó al final el sendero de las sombras...

NUEVE ESPEJOS
VIII
Liverpool, Hotel Adhelfi, octubre 16, 1919, 372 madrugada.

No he podido dormir. A la una de la madrugada
cuando iba a entregarme al sueño,
me di cuenta que estaba de espejos.
Encendí la lámpara y los conté. Son nueve.
Recogida, haciéndome pequeña contra el lado de la pared
traté de desaparecer la enorme cama.

Llueve afuera y por la chimenea caen gruesas gotas, negras
de tizne. ¿Es que se deshace la noche?
No tengo miedo, hace mucho tiempo que no experimento
esa sensación.
Me impone el viento que hace piruetas silbando,
colgado de las ventanas.
No podría explicarlo, pero aquí, en este momento,
hay alguien que no veo y que respira en mi propio pecho.

¿Qué es eso?
Bajo, muy bajo, me digo aquello que hiela
pero que no debo estampar en estas páginas.

La sombra tiene un oído con un tubo largo, que lleva
mensajes a través de la eternidad.
Y ese oído me ausculta ahí, tras el noveno espejo...

sábado, 20 de febrero de 2010

MARÍA CRISTINA MENARES

MARIA CRISTINA MENARES
(1915)

Con su acento característico, esto es, en buena poesía, la autora posee la facultad
de interpretar al hombre embriagado, azotado por una vida injusta que lo ha marginado
de la gracia de tener un camino en el que no falten el pan, la música, la tibieza y el canto...
Y el “líquido escarlata”lo asciende a la gloria, a una magia rara. Y también lo lleva “l fondo del abismo” para luego sentirse como cáscara sin mayor trascendencia...

La obra poética de María Cristina Menares es social y también de corte romántico donde el amor
es como una estrella siempre palpitante en sus manos. Y no podemos olvidar la magnífica poesía
para niños, quizá la mejor en este género...

EMBRIAGADO BAJO LA LLUVIA

Sí,
he bebido.
Bebido de un líquido escarlata
leve y escurridizo como la sangre,
como el sudor que brota del esfuerzo
o el dolor contenido en una lágrima.
Bebido,
bebido en esta noche de lluvia desolada
hasta sentir el peso de las nubes
y unas sueltas amapolas que me inundan
de excitantes caricias
la garganta.
Y ahora vengo
enlazado a una ronda de burbujas
en un mágico equilibrio por las calles
a encontrones con un rayo centelleante
y las piedras que me cierran el camino.
Y así voy
transportado por inmensas mariposas
que me llevan hasta un parque de jacintos
y navego entre océanos de aroma
y me duermo entre arrullos de palomas.

Sí, porque he bebido,
bebido, bebido hasta olvidar que existo
en este amargo sino prolongado,
hasta olvidar que el hambre duele
como un trozo de vidrio triturado.

Bebido,
bebido, bebido hasta sentir que tienen alas
mis viejos zapatos caminados
y que en vez de de esta camisa que me cubre
desnudándome en jirones,
¡una gasa cálida de espuma
me resguarda el corazón helado!

Y aquí estoy bajo la lluvia,
achispado y ondulante como leño sin destino
en el centro de un océano,
casi próximo a la gloria,
casi al fondo del abismo,
soberano y vencedor
de guirnaldas coronado,
destruido, inexistente,
¡pordiosero y embriagado!


UN PUÑADO DE SAL

Un puñado de sal me adormeció los párpados
cuando aleteó tu recuerdo sigilosamente.

Fue un golpe de pétalos
desorientado y leve,
fue una música lóbrega
de resonancia quieta.

No sé si en un destello venía tu mirada,
no sé si en la humedad de la neblina espesa.

Acaso tu ademán de solitario viviera
entre los tallos
que se yerguen como espadas
en el centro de la noche.
Tal vez fuera tu gesto el que diseminara
estrellas de carbón bajo mis pasos.

Invierno, lápida y ceniza
son expresiones que a tu vera crecen.
Entonces
la lluvia duele con dolor de agujas
y la sangre como un solidificado río de nieve
se desliza.

EMMA JAUCH

EMMA JAUCH
(1915 - 1999)

En Linares tuvimos la suerte de conocerla hace ya muchos años. Era una mujer
encantadora, jovial, afable.

Después hubo una tormenta estacionada en el país mucho tiempo...

Obstáculos, enfermedades, cielos despedazados,, tropiezos... Y no
la volví a ver...
Lo cierto es que ella está aquí, no se ha ido. Está entre nosotros: se siente su voz
se presiente su silueta, su canto, a través de su magnífica obra poética...

VIAJERA

Tengo pena - alegría.
Voy de viaje.
Cómo dejarlo todo,
cómo llevarlo todo,
huerta, jardín y casa.
Cómo llevar conmigo el gallo colorado
y el saludo del grillo,
la lagartija azul y la lechuza blanca.
Apresuradamente ya me tengo sabidas
todas las rosas rojas, todas las amarillas,
cada brote asomado,
todo el lirio morado,
cada piedra
y todo
este enredo esmeralda de las yedras.
Y me llevo aprendida
tu silla preferida
y algún día con lluvia la semana pasada
y en los dedos ya tengo las orejas del perro
y su mano embarrada,
Nada olvido: Ah, mi boina
de terciopelo verde.
Ahora sí, adiós.
Volveré pronto.
Escribe.
Voy de viaje.

EL MUNDO ENCANTADO

No me gusta oír noticias de tragedias. Esas tremendas
historias de tragedias... Esas historias
de hombres atrapados en las minas nocturnas,
y de viudas y de niños apresados,
un puñado de angustia,
a la entrada de negros socavones.

Evito las noticias de naufragios,
y de bombas arrojadas
sobre pequeños países
y de gente huyendo.
Evito mirar fotografías
en que algún guerrillero
tiene de pronto el rostro
de Cristo asesinado.
Además, ya se sabe:
los periodistas exageran tanto,
y luego, todo esto
ocurre tan distante.

Tranquilizada entonces,
yo vuelvo a mis asuntos,
porque el invierno ya se acerca
y debo
presenciar las tormentas, los fríos,
las escarchas,
con la estufa encendida
desde adentro.

MARÍA ANTONIETA LE-QUESNE

MARÍA ANTONIETA LE-QUESNE
(1895 – 1921)

Frases henchidas de dolor, templos que se caen en la distancia bajo el peso
de la incomprensible, inexorable Enmascarada; palabras al viento enhebrando quizá
una última, mínima esperanza, porque los rosados ya no existen y las estaciones
se repetirán incansables, pero ella partirá hacia regiones ojalá translúcidas, sin haber
encontrado esa esquina tan celeste donde habita el amor con sus fuegos multimatices...
Es la agonía de la dulzura, es el grito silencioso de una flor agonizante...

RECODO AZUL

Hay caminos tristes, retorcidos,
por donde vamos siempre
cabizbajos y solos...
donde hay recodos hondos como nidos,
donde hay nidos de sedas
y cabecitas de oro.

Caminitos tan nuestros, donde entramos
con devoción fanática y humilde...
caminitos divinos,
que nos llevan tan lejos
del ambiente grotesco en que vivimos!

Una tarde lluviosa
penetré a otros caminos:
hallé algunos tan tristes
así como los míos,
donde dejó su paso
la sangre de una huella...
Otros solos... tan solos,
que no tienen más lumbre
quedos ojos oscuros,
lejanos como estrellas...!

Y TODO PASARÁ

Yo sé que hay signos que a mi vida marcan
un límite cercano...

¿La muerte?
Pienso en ella como en la Primavera:
más ansias que cuidado...
(Pero pienso en la tumba
y siento frío, hermanos...)
…...........................
…...........................

Una tarde de otoño,
las flores temblarán en vuestras manos,
una vez, sus fragantes emociones
y caerán en mi tumba con dulzura.

Y todo pasará...
Vendrá el crepúsculo,
tornaréis, cabizbajos, los más fieles,
-que me habréis despedido- a vuestro hogar...
pensaréis unas horas en la muerte,
y todo pasará...

Luego vendrá el invierno
y llorará la angustia
de inquietudes de siglos
en mi vieja emoción
y filtrará sus lágrimas
sin un aromo nuevo
de manos cariñosas,
sobre mi corazón...


!

MIRIAM ELIM

MIRIAM ELIM
(1895 – 1927)

Una esencia que se ha buscado, en la noche, entre las plantas cuajadas de plata,
oyendo rumores lejanos, lluvias, tardes vestidas de gris, entre dolores, penas,
lámpara de fuego para aliviar la tormenta que se avecina, que está ya muy cerca con sus uñas de hielo...
Ansias locas de tocar esa agua de cielo aunque fuese un día, una hora, un minuto. Tanto es el dolor, el peso de la soledad, que se llega a desear la llegada del silencio definitivo.
Cuánta semejanza con María Antonieta Le-Quesne!
Y de vez en cuando se vuelve a pensar en aquel espejo dorado, sentir tan lleno de rocío y lluvias celestiales.
Pero no está, no es, y ya es tarde,y tampoco ella puede “morirse de amor”,.aunque cierto aroma la embriaga por momentos. Es la manera desesperada de asir la luz negada antes que suenen las campanas del adiós definitivo.

viernes, 19 de febrero de 2010

MARIA ISABEL AMOR

MARIA ISABEL AMOR
(1953)

María Isabel Amor es una poeta cuyas luces provienen de raras profundidades. Su numen
es altísimo, buscador siempre de lo que nadie ve...
De pronto ha desaparecido y no es posible saber dónde se encuentra. Recuerdo que una voz
masculina terrible preguntó: "¡para qué la quiere!" Expliqué lo de la antología anterior."¡No la
ponga!" Y cortó. Al día siguiente volví a llamar. Y el número había sido cambiado... Al menos
tengo este poema que ella me entregó tiempo atrás.


LA LLUVIA ES DE CARNE CELESTE...

Sé que las partículas
en los vidrios que veo suplican
agua de lluvia.
Serán
los átomos deshechos
jugando con algo porfiado.
Algo así como puñaladas,
que soñé
en pasillos muy largos, anoche.

A la lluvia le pido que no
me deje caer, como estatua
sin manos y rodar.

También a la calle
con sus eclipses
que caen, borradas
suprimiendo mausoleos
de cenizas.

El agua de la lluvia
baja siempre
cuando hay algo sin gritos.

Si acaso
los gérmenes de un muro se mojaran
el agua dará una orden,
seguir iluminada en las pensiones.

Sabré
en las autopistas cuando
se dé vueltas la imagen de un huérfano
bajo luces rojas, inmediatamente.

El agua
hunde las fábricas oscuras,
me gusta demasiado.
No sé por qué
los perros se cuidan tanto de la lluvia,
no sé qué tienen ahora en los ojos
ni en sus esqueletos.

No entiendo el encierro, que el agua
precipita, en el químico
eclipse de cada rama.
Será el duelo manchado de los sábados
en las casas donde ya no hay nadie. No entiendo.

La lluvia
se parece a un espejo muerto
que refleja su dueña
una luz
que dura un segundo y
nunca muestra
su pobre melancolía.

En el suelo de los
que ya durmieron con ella,
te dirá
que su amenaza llega
desde el comedor de esas hospederías casi negras.

La lluvia es de carne celeste, muy celeste,
es sucedánea
de sus vidrios donde se deshace
en cada una de sus esquinas.

Cuando ya no pueda hacerlo más,
una bala protectora
me hará pagar
el aturdimiento
de esas plazas,
el precio de mirar
esos barrios desamparados, y
aturdidos por ella misma.


JARDINES DE INVIERNO

Los pastos de invierno
permanecen quietos
en la densa frontera
de sus difusos límites.
Todos han velado sus sonidos.

Imposible
saber hasta el momento
si mantendrán
ese duelo o muerte con su condición.
Esas condiciones de violenta frialdad.
En uno de sus atroces declives,
descansas dos cabezas humanas.

Allá lejos,
las oficinas de los bancos
son tan metafísicas
que Buda no podría medirlas
y Freud no lograría salir de ellas.
Lo que siento es la distancia con los demás.
Es un Quanta. Medirlo sería doloroso.
Es así como el martes tengo miedo
d esos troncos inclinados
y de esas lejanas carcajadas.

Aquí
la presión atmosférica
está elevada.
Insistiría en dilatarse, desplomándose
enloquecida sobre los frágiles
pastos de invierno.

Abajo,
ningún sonido puede salir
de su espantosa resonancia.

Jamás oirán
esas cabezas rodar, al encajarse
empinadas contra el fondo gris del agua.
Nuca oirán nada.

La lluvia es fina,
es una selva de vidrio
y la ciudad nos obligará
a repetir como un mantra
el fatal acontecimiento de sus gritos.

jueves, 18 de febrero de 2010

ALBERTINA MANSILLA

ALBERTINA MANSILLA
(1939)

Cuando se ha tenido -en sueños- un largo desfile de imágenes tortuosas y pareciera
que las visiones se quedan en la mente como agudas piedrecillas, entonces la lluvia
-joven y dulce- muestra matices verdaderos... y los pasos continúan su incierto caminar...

Albertina Mansilla es una poeta que va mostrando en cada verso su tranquila manera de
enfrentar las cosas. No busca parecerse a nadie, su andar es parejo, cristalino, dulce, y es
amiga de buscar y volcar en poesía lo mejor de su carácter...

Vale.


SUEÑO

Ciudad luminosa
estelar, ciudad esférica lunar.
Ciudad flotante, alba de plata,
brillante de oropel.
Era yo una elegida,
una habitante planetaria.
La vida era tan bella
allá arriba,
tan claro el firmamento,
y tan gris y opaco abajo:
se veían tan pequeños
los habitantes del planeta
que lloré por ellos.

Yo, arriba, la elegida,
y ustedes abajo castigados por el tiempo.
Con angustia los observo,
y dejo escapar
un grito desgarrador...
Despierto -de pronto-
y el cielo y la tierra otra vez están juntos.
Salgo a la calle,
la lluvia resbala acariciadora
por mi rostro,
respiro y lloro largamente...
Aún es bueno el mundo -pienso-
y me voy por calles, charcas, ríos,
lagos y montañas,
paisajes sin fin
hasta perderme en la nada.

LARGOS INVIERNOS

He pasado largos inviernos
esperando ansiosa
que salgas del letargo.
Recuerdas el fulgor
de tus mejillas.
En el umbral abrazaste
para siempre una quimera.
Reíste tanto aquellos días
que las lágrimas
mordían tu garganta.
Es la hora
caballero de mis sueños;
deja libres tus anhelos.
Que callada
el agua cristalina
moje los cristales
que inventamos.
Y encendamos la pasión
por tantos años reprimida.
Como el ave fénix,
entre antorchas volaremos...

ROSARIO ORREGO DE URIBE

ROSARIO ORREGO DE URIBE
(1834 - 1879)

Se dice que murió el 21 de mayo de 1879 a la misma hora en que su hijo Luis Uribe, -había tomado el mando luego que Arturo Prat muriera en la cubierta del barco enemigo- era arrastrado por el agua durante el
combate naval de Iquique...

Ella tiene varias obras en que menciona a su hijo con amor, y también con un poco de tristeza. Parecía presentir la tragedia...

En este poema la muerte no es más que un "desmayo voluptuoso". La tristeza nunca le abandonó. En sus escritos se advierten esas sombras pálidas...

martes, 9 de febrero de 2010

CARMEN GRANGIER SÁEZ

GLORIA GRANGIER SÁEZ
(1942)

Otro excelente valor en la poesía chilena. Es impresionante el número de poetas mujeres que tenemos en el país. Gloria Grangier Sáez tiene oficio, sabe como darle
su sitio a cada verbo y, a la vez, transmitirle esa música inefable que brota de su alma. Me ha gustado. Es como esa flor que en medio de la noche abre su corazón y esparce por los caminos su magia y su perfume...


TARDE LLUVIOSA.


En esas largas tardes del sur,
cuando la lluvia en el tejado redobla su concierto,
tejo junto al fogón;
mirando cómo resbala el agua
por los vidrios empañados.
Me gustan los días lluviosos
con olor a tierra húmeda
y ropa oreando en la saranda.
Tejo mientras espero que el pan amasado
salga del horno, e inunde la casa con su aroma,
agregando dulzura a la melancolía
de las tardes invernales.
Hay sonrisas de niños en la mesa familiar
cuando la lluvia nos congrega junto al fuego.


PLUVIOSA.


Somos como recién nacidas,
ahora que la lluvia sobre el rostro
nos lava los sentires;
aquellos que no envejecen
ni se encojen con el tiempo.
Aquí estaremos,
a pesar que una llovizna silenciosa
desborde párpados y nuble amaneceres.
Entonces saldremos
a tender ropa en alambres,
que danzarán sin importar chubascos,
y su húmedo pasar.
Los deseos como bailarinas,
se irán descolgando de los sueños,
hasta tener cuerpo y sustancia.
Pienso:Un aguacero arrecia
sobre los árboles
de todas las plazas de mi infancia.


LLUVIA DISTANTE.

La sombra de árboles destila humedad,
aquí la magia se hace carne
e insufla su aire tórrido.
Entonces cae esa espesa cortina de lluvia,
devorando la selva.
Ella es una cárcel donde galeotes purgan sus pecados,
mientras beben la copa donde el vino
vierte su última gota, hasta convertirse en sangre.
En este escenario las orquídeas crecen de noche
y su perfume atrapa almas prisioneras del monzón.
El trópico de Cáncer arde en las venas
y en la cabaña, cuerpos ruedan sobre una piel de animal.
Afuera el diluvio arrecia.

domingo, 7 de febrero de 2010

NINA DONOSO

NINA DONOSO
(1920)
.


No sabemos dónde se encuentra esta poeta, una de las mejores de la poesía chilena. No hemos logrado contactarnos de nuevo con ella. Su poesía de altísimo vuelo, elaborado con maestría, no debería ser olvidada.
Nina Donoso pertenece a esa enorme y maravillosa pléyade de poetas de intensísima calidad.
No importa si era blanca, roja o azul, es una poeta de gran altura y eso se debe respetar.



LLUVIA DE MAYO


El agua de mayo cae
apresurada en el parque.
¡Todo el césped se ha vestido
con un manto de diamantes!
Por el cielo viene un ángel
arreando las nubes negras,
en el espacio desnudo
brillan las estrellas blancas.
La lluvia menuda tiembla
acurrucada en las charcas,
por los alambrados corren
sus lagrimones de escarcha.

MARUJA TORRES

MARUJA TORRES
(1930 - 2003)

Poeta de enorme caudal lírico que en vida no obtuvo de los jueces come-barro el reconocimiento
a su gran quehacer poético. Estos poemas nos recuerdan su maravillosa esencia espiritual-
Hay tanta entrega en cada palabra y una pena tan propia y profunda de los grandes poetas...
No debe llenarse de polvo cada uno de sus verbos: es una poesía de excelencia y aunque la
sepulten bajo escombros, igual un día resurgirá fresca, joven y luminosa, porque la poesía
no envejece, nunca...


ESTA NOCHE

Esta noche la lluvia toca por vez primera
un rostro tan amado y perdido en la sombra.

No, no es posible que la lluvia
deshaga esa sonrisa.
No es posible que destruya ese ámbito leve
que contiene tu nombre.

¿Dónde está el bosque encendido de bellotas?
¿Dónde tu mano
y el corazón batiendo su apasionado tambor?

Hay un silencio agudo
que destroza mi alma hasta morir.
Un salvaje sonido de sales penetrando en mis huesos
y este torrente atroz del "nunca más", ahora,
¡sin cansancio, sin tiempo, sin ti!
¡nombrándote siempre!

Y mis palabras resuenan en la lluvia
con esta transparencia terrible,
en esta ausencia.

Esta es la muerte. Lo sé.
Pero la lluvia dice amor inútilmente,
porque el amor ya no es aquel sonido tierno
como un pórtico que se abre
hacia la primavera.

Es esta voz que dice amor
mientras la lluvia inventa pasos
y formas y vuelos increíbles.
Caen los nombres frágiles del amor
como flechas perdidas.Todos los nombres del amor
y aquellas flores tan azules,
aquel traje amarillo de un verano,
la piel pegada a los dedos
como castañas recién nacidas en la lumbre.
Ahora sólo queda aquel sonido tuyo
que va disperso por el mundo,
el cual sigo ciegamente.

Esos tus pasos perdidos en las calles,
en el viento, en la arena
de alguna playa que nunva vi contigo
pero que supo de mi nombre.
Porque tú siempre me nombraste,
tú siempre me guardabas como un silencio
que sólo a ti pertenecía.
Tú atesoraste mi nombre
para decirlo a veces cerca del agua
cuando nadie sabía que me nombrabas...
cuando nadie sabe nada...
porque nadie sabe nada de nada.

Y porque el mundo es algo muy extraño,
por eso, ahora, en esta esta lluvia, te digo que la muerte
no es sino el hilo perdido de la vida,
el hilo de tus días y de tus noches,
y de tu sangre que latió al unísono con mi sangre;
el hilo que guardo aquí en mi mano
y que no soltaré nunca,
porque este amor es una historia demasiado bella
para ser olvidada.

viernes, 5 de febrero de 2010

CRISTINA LARCO BRICEÑO

CRISTINA LARCO BRICEÑO
(1956)

Enorme, grato asombro, cuando apareció “Es la Tierra la que Habla”, dejando muy claramente establecido que ella es de una grandeza innegable. Causa estupor y alucina transitar por sus versos
que parecieran desprenderse de la Tierra, pues ella es la que habla...

Cristina Larco Briceño es poeta de canto elevado, profundo, nunca conforme con lo que va tallando, sino afanada en una nueva búsqueda, rompiendo muchos esquemas y alzándose como una diosa
entre los muy amados árboles...

CONJUROS PARA QUE LLUEVA EN CALAMA

para el hermanopoetamigo Domingo Quinteros,
que fructifique su siembra en el desierto

El Loa gesto invisible Mi hermano pide la lluvia
SARAMAMA SARAMAMA TINCU TINCU MUNAY RUNA
Vengo en busca del agua
Acuno en los dedos ofrendas abalorios caracolas
chicha para la tierra para el padre hojas de coca
Desanudo plumajes polleras
En el templo más alto danzo antiguos rituales
que me enseñaste danzo saramama
pues hay que danzar desnuda a que se allegue el agua
y giro luminosa en los ocultos ejes
influjo y pájaro me ovillo en el frío deltoide de la atmósfera
Oh ñusta de vientos volátil andina si fuiste tan mujer
para dejar en la boca de mi hermano señuelos de tu gota
bendice ahora manantiales emerge en la semilla
repleta techumbres de mazorcas

Toda fecundación sagrada Misterio todo cópula
Viene la vida en vasijas oscuras y devienen lumbres de agua
saramama saramama tincu tincu munay runa
al fulgor de mis conjuros retumban cielos
sobre las secas riadas de Calama
El Loa feroz serpiente abrió su aguayo
Y yo me voy en luz tibia y guijarro
Saramama Ven a ver el júbilo de hojas en la huerta
de mi hermano


LOA: importante Río de la II Región
SARAMAMA (quechua) Diosa del maíz y de fecundidad
SARAMAMA SARAMAMA TINCU TINCU MUNAY RUNA : Conjuros
CALAMA: Ciudad desértica ubicada en el este de la II Región


AÑAÑUCA

hago entrega de esta flor a mi hijo Diego

Han pasado mil soles Ahora duermo sueño
Mis venas son herrumbre
Esperas en el numen oscuro de un tubérculo
Trampolín al infierno qué lluvias te llevaron
Dónde está tu orilla la tierra prometida
Cuentan que era la ñusta
que amarraba su trenza
con una vincha de colores
ora roja ora amarilla
Al paso de su sandalia florecían tambos
brotaba el agua
Hasta que llegaste maldición transparente
refractando cristales en un limbo de muerte
Trampolín al infierno tú la hechizaste
Dicen que una noche sin luna
se internó en el desierto
Ay delirio de amar al que se marcha
Ahora sólo un recuerdo

Se secó el manantial se apagaron los tambos
En el ojo del fuego de cuando en cuando
Emplumada de lluvia la tierra se abre
ah grávida pampa pujada al roce de las aguas
el grito genesial de flor erguida
ora roja ora amarilla
Señales
Maldición transparente dicen que pasado
mil soles
vendrás a desposarme
Ah grávida pampa
Delirio de amar al que se marcha

Añañuca, flor típica del desierto florido dice la
leyenda que era una joven nativa que tenía ese
nombre y que pereció enel desierto a causa de un
amor desdichado.
ñusta: doncella consagrada a los dioses
vincha: (huincha) cintillo o cinta.

miércoles, 3 de febrero de 2010

GLORIA CELIS

GLORIA CELIS
(1935)

Desde su más tierna edad, la poeta ha vivido hermanada con la lluvia, esa loca
bailarina danzando en las techumbres y luego columpiándose en los sauces como
una niña transparente...
Aún caminan juntas enhebrando perfumes y sonidos...
Gloria Celis es enemiga del autobombo, de esa loca manía del yo... yo... yo... yo...
Ella sabe que está sin lugar a dudas entre las mejores poetas de Chile...

INVIERNO

Cae el agua interminable de mi infancia
esta tarde.
Cuando de niña
contemplaba el río del cielo,
la niebla
y el viento en los largos caminos.
Era el tiempo de los sueños
de islas azules
emigrando a cielos claros.

Era el tiempo del invierno
en un reloj antiguo.
Mis abuelos eran viejos árboles
cogidos en vientos de destino.
Y la lluvia caía inexorable
en los corredores de piedra
en la techumbre y el cerro.

Recuerdo los años que fueron
como el agua
el otoño y la lluvia
de lejanos inviernos.

Era entonces un pájaro pensativo
entre la tristeza y el miedo,
la risa y el sueño.
Cuando la soledad y la lluvia
golpeaban las ventanas del espíritu.

UNION

Llueve sobre el mundo
los parques están silenciosos
vacíos de pasos
vacíos de besos.
Veo pasar gente desconocida
sin ojos
sin palabras.
No son nada para mí,
yo no soy nada para ellos,
caminan escondidos
debajo de grandes abrigos
pesadas mantas.

Sin embargo, lo confieso, hay algo que nos une,
talvez nunca nos conoceremos,
yo no sé nada
cómo es tu hogar,
tu mesa, tu lecho.
Yo no sé si te espera el amor
detrás de alguna puerta,
o la soledad te besa
con los labios fríos
de una lluvia de junio.

Hay algo que nos une,
lo presiento
en el silencio de tu rostro y el mío,
en los pasos que caminan
el mismo instante
el mismo siglo.
Habitamos un planeta
constituido de agua y tierra,
integramos un gran universo.

Mis pensamientos caen como la lluvia
en los cristales y en los techos.
Como la lluvia en los anhelos y recuerdos.

Como la lluvia.

lunes, 1 de febrero de 2010

NELLY CID

NELLY CID
(1933-2009)

Pasajera dadivosa, colaboradora frecuente, siempre atenta, dispuesta a sacar la voz por el más desvalido. Inolvidable su simpatía, su voz afable. Tranquila, casi alegre. ..; al escribir nos revelaba su alma un tanto triste, su corazón doliente...

Nelly Cid se suma a las grandes amigas que se han marchado poco antes: Eliana Navarro, Stella Díaz Varin, Patricia Caruti, Carmen Díaz Arriagada, María de los Angeles Solar, María Silva Ossa,
Ruth Merino Carrera, Irma Astorga, Francisca Ossandón, Maruja Torres, y otras que que en este momento se escapan de la memoria, pues la pena es honda. Y el corazón se quiebra en la soledad de las poetas chilenas...



TIERRA MIA

Vuelva la lluvia sobre mi corazón
de hija del sur, para que germinen
voces nuevas y lo resblandezcan,
para que la humedad penetre por mis poros.

Vierte tu calidad de oro verde
sobre mi frágil levedad de tiempo
y el organillo claro de las hojas
prefiera susurrar de auroras.

Vierte sobre este ser de tantas brumas
el corro alegre de aves pasajeras,
paisaje de mi sur con ese aroma
sin igual y atmósfera celeste.

Satúrame en tu vientre de amapolas
en tu collar ungido de bosque, cordillera y mar,
soy la hija pródiga que te evoca
con la vehemencia que se añora la luz.

Revierte las ausencias que me anida,
que sean sólo tiempo y paz,
esporádicos sueños de la infancia
que agranda el tiempo al recordar.

PUNTO DE ENCUENTRO

Pasó la primavera y el verano
y el otoño pintó sus arabescos
y nuevamente el inverno
se asoma a mi ventana.

Invierno con sus manos grises
con sus nidos vacíos
con el cantarino golpear
de la lluvia.

Y tu voz llega como rumor de besos
que aún palpan mis labios
y te haces eco, fuerza, presencia
aunque la tarde blanquee las horas.

Voy contando crepúsculos
para obviar la nostalgia
el el arco iris un día
puede ser nuestro punto de encuentro.