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domingo, 13 de junio de 2010

ALEJANDRA ZIEBRECHT QUIÑONES

ALEJANDRA ZIEBRECHT QUIÑONES
(1959)

Talcahuano es cuna de grandes valores y esta poeta no hace otra cosa que confirmar dicho concepto, pues su poesía es de calidad porque camina “con una leona a mi diestra en callejones viejos buscando mi casa...” Pero ella al fin supo
que su casa es la Poesía. Ella nos parece un trozo de cielo disfrazada de mujer
para endulzar los caminos...


EN EL SUEÑO
en el sueño profundo
atado a nosotros como la tristeza
más profundo
el sueño
se abastece de hidalguía
se prolonga hasta la realidad
y viceversa
no temas si te digo
que camino con una leona a mi diestra
en callejones viejos
buscando mi casa
que mi cama es suave como un ataúd
que ceno a la lumbre
de la oscuridad
en el sueño profundo
el grito
el terror del grito
detiene las mareas
rompe los tímpanos
de todos los peces
en todas las constelaciones
cuando amamos
es el sueño
quien ha raspado
este pedazo de nosotros
que vive
y que muere
en su hálito
si no fuera así
estaríamos concentrados
en el filo de la existencia
soñamos porque la vida
porque la muerte
qué sé yo
soñamos por la poesía
soñamos para alcanzar a Dalí
que es el Señor del sueño
para que nos mire
y se ría

y nos contente
traemos el sueño
antes que el llanto
antes del grito
del alimento
antes del amor mismo
y el desamor
venimos con imágenes
robamos imágenes
de este lado
que devolvemos al sueño
no he de nombrarte
todo lo vivido
y lo por vivir
yo regreso un rato
a tu cama
y me fugo
de aquí no quiero nada
no espero nada
es un andén vacío
con llamas de antaño
crepitantes aún
del genocidio
de ese y de otros varios
yo me voy
en silencio
aprieto un poema
que acabaré más tarde
dentro del sueño de los poemas
mis hermanas dicen
somos un río
sólo eso
agua que va y viene
agua y tierra
pero el sueño
es la invocación del infinito
desde el agua y la tierra
eso poco que somos
se hace inmenso
como un ramo de incertidumbre
que golpea las certezas
tú existes porque te sueño
ahora sólo escribo porque sé
que leerás esto más tarde
cuando despiertes
estas letras son unas hebras
para encontrarme
un instante
en otro poema

de palabra en palabra
armándose en el sueño
escribo
de noche
cuando duermo
escribo dormida
como una razón para despertar
al ciclo confuso
que me alienta
cuando todo
absolutamente todo
semeja una transparencia
una broma que Dalí
nos regaló de consuelo

ERA OTOÑO

Era otoño o quise que fuera otoño
que todo se desprendiera de su centro
que las calles –tú sabes – se vieran como en la película
con una transparencia de ala en vuelo
Era tarde y había ebrios
y teníamos miedo del mar
como en la película
Empezaba una llovizna que nos blanqueaba el pelo
igual que si hubiéramos estado años
parados donde mismo
como un efecto especial de la película
Y había un gato que llamábamos presagio
y había un gran silencio cortando la noche
llevabas el abrigo que usaste en la primera cita
como en la película
fumábamos con avidez los últimos cigarrillos
Yo venía de un viaje corto
que lo cambiaría todo
un indicio apenas de lo que vendría más tarde
yo no pienso que el amor
o la muerte duren para siempre – susurré –
antes de entrar al hotel que era lo único
que incendiaba la noche
tú me besaste – como en la película –
tú afirmabas que esa noche sería irrepetible
afuera los peces se revolvían con el mar
Era la madrugada como un telón rojizo
y estábamos cansados y teníamos miedo
sobre nuestro rostro
habían otros rostros
como en la película
un alud de recuerdos nos tiraba a la calle
afuera yo no era yo y tú no eras tú
así que nos saludamos cortésmente
como en la película
En esa hora imprecisa de la tarde
guardaban la luna en un rincón de utilería
yo te hice una seña de adiós con la mano
y permanecí observando la lluvia
los peces de papel maché
el gato de mentira
el espacio solo
olvidándote
como en la película


AFUERA LLUEVE

Un ladrido de perros abre mi escondite
noche adentro
como todas las mujeres
ardo en calamidad
y los brotes de la incertidumbre
encienden su luz
en la ciudad deshabitada

Afuera llueve y es agosto

Adentro se inunda el patio
y no hay escapatoria para los vestones viejos
la noche extiende su cordel
un tendero rompe su camisa al viento
trato de no ser y no soy
restriego la lumbre de un verso
y me calienta su destello
estar a solas es saberse mínima e inmensa

Afuera llueve y es agosto

jueves, 10 de junio de 2010

CECILIA PALMA

CECILIA PALMA
(1962)

Esta autora no enciende antorchas ni anda con un bombo pregonando su ego.Nos
parece muy loable su posición en esta era de alardes y alaridos. Y no obstante,
Cecilia es una excelente poeta. Y qué bueno que existan mujeres como ella.

LLUVIA TRAS LA PIEL


A pasos breves me
entrego a su boca
a su aliento de bruja envenenada
el viento rasga los
muros
alucina lluvia ácida
cierro los ojos que me duelen
porque con ellos
hiero a la muerte
la soledad atrapa el conjuro
y encierra el vértigo del
invierno, ese
que juzga a la sangre
a la montaña de rocas encantadas.
El agua arremete en mi contra
baña a la historia y a mis entrañas
salva al cuento
al paso que doy entre charcos
a la boca que bebe de su poción
y la seduce.
No es cierto que la lluvia sana
hay que volar más alto
arriba de los cirros amoratados
allí donde habita la que
cose el alma a los cuerpos
la que sabe qué fue
de aquellos que
cargo a mis espaldas.


La lluvia siente mi sueño
indaga a mis demonios
hay un pecho abierto en
la esquina
soy libre de volverme
la piel.

UNA NOCHE DE LLUVIA

De calle en calle
una esquina encuentra su
vértice
noche de lluvia
negra noche de ciudad vacía
el asfalto sonríe húmedo
al lúcido guiño de un reflejo
el viento, inconsciente
guarda en su memoria
años de amores grises
de muros acechando víctimas
de gotas que besan las
huellas de un náufrago silencioso
y ausente
una noche de lluvia
detiene un reloj
pulsa un encuentro de collares falsos
ama a un vidrio prisionero en
cuatro varillas de aluminio
esa noche
guarda una lengua fresca
y abraza racimos de notas
que cantan
ella balbucea por las rendijas
otra historia de arcas.

ENAMORAMIENTO DE LA LLUVIA

Siento respirar la lluvia
atrás del vidrio que la espanta
un par de ojos vigilan el
paisaje
al árbol que se esconde de
la mañana
al paso de un ave que emigra.
El agua escurre silenciosa
ajena de la miseria
de la sed de un viejo triste
una gota transparente deja que
la empuje hasta el límite
me embriaga su tacto húmedo
y frío
hay un cisne agitando celoso
sus alas
maldice con un grito a mis
manos.
La lluvia es un beso libre
le digo, pero agrede a los
cantos de libélulas nocturnas
creyéndose el dios de un
imperio de agua y sangre
el cisne en secreto
guarda un pedazo de la
tormenta
y resentido golpetea el vidrio
al otro lado de mi conciencia.